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Amancio: Un municipio cubano que marcha al futuro

Amancio: Un municipio cubano que marcha al futuro

Por: Alexis Mariño Ortega.

Bañado por las azules aguas del Golfo de Guacanayabo, Amancio constituye la porción más sureña de la oriental provincia cubana de Las Tunas. Colinda al Norte y oeste con los municipios camagüeyanos de Najasa y Santa Cruz del Sur, respectivamente, y al este con Colombia, otro municipio tunero.

En sus 852,5 kilómetros cuadrados de extensión territorial, se desarrolla una población que supera los 41 000 habitantes, dedicados a renglones importantes de la economía, como la producción de azúcar, miel, alcoholes y otros derivados de la caña; la agricultura, la ganadería y la pesca.

Un amplio sector poblacional también labora vinculado a los servicios de la salud, la educación, el deporte y la gastronomía, mientras que otro porciento considerable estudia como forma de empleo o como método de superación profesional.

La existencia del poblado cabecera data de poco más de un siglo. Su nombre hace honor al más prominente líder obrero local, Amancio Rodríguez Herrero , quien fuera asesinado por lacayos al servicio del dictador Fulgencio Batista, el 18 de noviembre de 1949, justo cuando se disponía a hablar a los trabajadores azucareros en la sede de su sindicato.

No obstante, desde 1790 se conoce la existencia del asentamiento en Guayabal, localidad costera cuyo sustento principal era la pesca, además de poseer pequeños Hatos.

El punto de partida en la fundación del poblado fue en 1890, cuando arriban a la zona los hermanos Francisco y Manuel Rionda, quienes adquieren las tierras de Hato Viejo. Comienza así la penetración norteamericana, que conduciría nueve años más tarde al inicio de la construcción del central Francisco .

Ello devino en fuente de empleo, pero a su vez de explotación, además de la necesidad de crear alrededor del ingenio un poblado diseñado al estilo norteamericano, en 1902, con sus calles, alcantarillados, parques e instituciones de índole social, religiosa y cultural.

Varios momentos trascendentales marcan la historia de Amancio. Entre estos figura el inicio en 1902 de la primera molida del ingenio, ascendente a 7 millones 800 mil arrobas de caña y la consiguiente producción de 67 MIL 620 sacos de azúcar.

Este importante objetivo económico dio paso a fuertes luchas obreras por demandas salariales y mejoras en las condiciones de vida. Se destacan figuras históricas como el propio Amancio Rodríguez Herrero , y su compañero de luchas José Oviedo Chacón , muertos el mismo día y lugar por esbirros mujalistas.

Otros sucesos de no menor importancia y que trascienden a la historia local acontecieron en tierras amancieras, como la reunión sostenida el 30 de enero de 1847 en San Diego de Buenaventura, por el gobierno de la República en Armas y altos jefes de la guerra independentista, entre ellos Antonio Maceo, Vicente García y Salvador Cisneros Betancourt.

En oposición al despojo de sus tierras y al dominio norteamericano, desde 1939 hasta 1943 se producen fuertes luchas campesinas en Hato Estero, sentando bases para que 15 años más tarde, expropiados de sus suelos invadiesen el realengo de Las Maboas y tomaran las propiedades de la compañía King Ranch.

De igual forma, conforman páginas de gloria, la huelga general de los trabajadores del central Francisco en 1950, y el paso de las columnas invasoras 2 y 8, en 1958, ambas comandadas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara de la Serna, este último, una vez triunfada la Revolución, visitó la comarca.

La tradición de lucha por la independencia heredada de nuestros mambises y rebeldes dejó una estela de mártires cuyos nombres hoy hacen prominente el devenir de nuestra identidad: Clemencia Cabrera, René Almanza, Sergio Reynó, Quintín Barrios y Arsenio Yero Alvarez .

Amancio no es solo rico por su historia, sino por las tradiciones que marcan a su pueblo. Costumbres que datan desde la década del cuarenta del siglo XX, cuando las influencias de las festividades del San Juan camagüeyano y el San Joaquín manzanillero, contribuyeron a forjar un amor desmedido por los carnavales.

Únanse a estas fiestas populares, las canturías campesinas y serenatas, permeadas todas por el calor y la hospitalidad del guajiro cubano.

Con la llegada en 1959 de la Revolución Cubana, nuevas perspectivas se abrieron para el desarrollo económico, político, cultural y social de un sitio sometido a siglos de explotación, miseria, analfabetismo e insalubridad.

Se abren las puertas de la educación hasta llegar a la actualidad, donde el ciento por ciento de los niños, jóvenes y adultos tienen derecho y posibilidades de instrucción, contando con 67 centros escolares y cuatro sedes universitarias, incluyendo una cátedra destinada a los arribantes a la tercera edad.

Contribuyen además al enriquecimiento espiritual y científico diferentes instituciones como las Casas de Cultura, de la Música y del Escritor, una sala cinematográfica, de televisión y video, clubes de computación, además de la labor de instructores y promotores, así como activistas del deporte y la salud.

La economía amanciera se basa en lo fundamental en la rama azucarera y sus derivados, representando un 7,4 por ciento de la producción mercantil total, seguida de la agricultura con un 4,6, en tanto un 2,7 por ciento lo aporta la pesca.

Una evidente muestra de los avances en la calidad de vida se refleja en los servicios de salud, extendidos hacia la totalidad de las comunidades urbanas y rurales con 62 Consultorios del Médico de la Familia.

Hoy funcionan un hospital con siete salas, dos Hogares Maternos para la atención a embarazadas y dos hogares de ancianos, una Sala de Rehabilitación Física y una Clínica Estomatológica.

Amancio es un pueblo que experimenta cambios sustanciales en todos los órdenes. Por eso, este hermoso andar se refleja en el júbilo reinante y la hospitalidad que profesan hoy los hijos de Amancio Rodríguez Herrero .

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